El Yin Yoga es una práctica yógica que complementa la energía Yang, presente en prácticas como el Hatha o Vinyasa Yoga. Ambas prácticas comparten un fin común: equilibrar cuerpo y mente a través de nuestras dos dualidades: la energía femenina, interna, oscura y pasiva, y la energía externa, la masculina, luminosa y activa. Estas energías habitan en todo lo que nos rodea y necesitan la una de la otra para manifestarse,para ser.
Esta práctica es segura y respetuosa. Puede realizarse a cualquier edad y en cualquier condición física ya que las asanas se adaptan con el uso de bloques, bolster, mantas,cinturones y otros soportes.
Yin yoga nos permite trabajar con los tejidos más profundos como los ligamentos, las
articulaciones, las redes fasciales profundas e incluso con los huesos, todos ellos más secos y
menos elásticos que los tejidos más Yang del cuerpo, de manera que no se pueden estresar del
mismo modo. Requieren presiones más suaves aplicadas durante periodos más largos de tiempo
para responder al estimulo y fortalecerse.
Yin Yoga nos ayuda a aceptarnos, a nutrirnos, a entregarnos a una escucha profunda que nos
equilibre y compense tanto física como emocionalmente.